A lo largo del día, solemos realizar diversas actividades; sin embargo, es común sentir que faltó tiempo para completar otras tareas o que lo perdimos en actividades de menor importancia. Cualquiera sea el caso, algunas personas han desarrollado distintas formas de gestionar su tiempo para lograr una mayor productividad. Una conocida técnica para ello es la "Regla de los 5 minutos".
Esta es una estrategia de gestión del tiempo que Elon Musk, el célebre empresario y CEO de SpaceX y Tesla, ha mencionado en varias ocasiones y que otros empresarios como Bill Gates también suelen poner en práctica. Esta regla se centra en la eficiencia y la toma de decisiones rápidas, consiste en un mecanismo sencillo: elegir una tarea y dedicarle solo cinco minutos.
Pueden parecer pocos, pero cinco minutos de verdadera concentración nos permite terminar tareas como tender la cama, o lavar una pequeña pila de trastes del desayuno y evitar que se acumulen. Una vez vencida la resistencia inicial, y completada la primera tarea, la motivación seguirá para empezar un nuevo bloque de cinco minutos.
Esta técnica de gestión de tiempo deriva de la técnica conocida como timeboxing, en la que debes repartir por adelantado una unidad de tiempo máxima para completar una serie de actividades durante ese periodo.
El tiempo que se asigna a cada trabajo dependerá, por supuesto, de la dimensión del mismo. Algunos bloques pueden ser de minutos, pero también se puede organizar el trabajo en bloques de horas.
El objetivo es que seas capaz de realizar todas tus tareas en el tiempo fijado o antes de que se acabe el tiempo, esto te ayudará a no rebasar una cantidad de tiempo para actividades que no deberían tomarte más tiempo del necesario.
Esta técnica busca evitar el multitasking, ya que suele ser una trampa para la productividad, o la procrastinación, ya que al tener un tiempo límite evitará distracciones como mensajes en el celular o redes sociales.
Si bien este método suele ser efectivo para distintos empresarios exitosos, no necesariamente es una regla que aplique para todos. Sin embargo, hacer la prueba en nuestras actividades diarias podría resultar beneficioso en algunas tareas como las labores del hogar. En última instancia, la aplicación de esta regla depende del contexto y de la personalidad de cada individuo.
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